El pastor motorizado

Tomado inpumente del www.elcomercio.com.pe

HISTORIA DE FE: LO ESCUCHAN CADA DOMINGO EN EL ENCUENTRO CRISTIANO MIL PALMERAS

El pastor motorizado

Julio Chiang, ex campeón de motocross, es ahora pastor de una iglesia. dejó atrás sus dos coronas latinoamericanas y hoy predica en Pucallpa a 300 fieles

Por Luis Silva Nole. Desde Pucallpa

"Abre mi corazón, yo quiero verte"

Una frase convertida en oración. Y un predicador que antes vistió traje de motociclista y ahora luce camisa y polo de tipo común. Se llama Julio Chiang y se dispone a hablar a pucallpinos que no saben de su biografía deportiva, pero que están dispuestos a creer cada una de sus palabras, como los fieles creen en su máximo orador. Tiene la Biblia en mano, oyentes que, a diferencia de una tribuna, no rugen sino callan, y una esposa que lo mira como fan orgullosa mientras él calienta motores para el culto. Trescientas personas esperan oírlo, igual que cada fin de semana desde hace dos años.

Y llega el momento. Es el penúltimo domingo de setiembre en una tierra donde la primavera es eterna, más en el inmenso terreno que la South American Mission (SAM), una entidad estadounidense sin fines de lucro que agrupa a diversas denominaciones cristianas y que realiza obra social, tiene en el kilómetro 4,8 de la carretera Federico Basadre. Julio sube a la tarima y en un dos por tres capta la atención de todo su paciente auditorio.

Dice que está feliz y hace sentir a todos en familia, da la bienvenida al Encuentro Cristiano Mil Palmeras a aquellos que asisten por primera vez, lee varios versículos de la carta de San Pablo a los Filipenses y se mete de lleno en la prédica. El diez veces campeón nacional de motocross se ha convertido en un eximio orador, motivado, como él dice, por Cristo.

Matiza su palabra con algunas bromas, licencias para el alma que su grey celebra sin pudor. Pero Julio, bicampeón latinoamericano de motocross, considerado en su momento como el heredero natural de Iván Bulos, leyenda viviente del motociclismo peruano, no pierde el norte: el tema a tratar es cómo ser un ser humano disponible para Dios, a toda hora, en cualquier lugar, y valiente para difundir su obra con el ejemplo. Como lo es él, un hombre que asumió con hidalguía y humildad el cambio de deportista famoso a pastor.

"Yo no sé si esto es real, solo sé que si Tú existes, yo te quiero conocer"

Lo que sucedió esa noche de marzo del 1994 marcó su vida para siempre. A sus 22 años, estando a un mes de casarse con Olga Breña, ahora madre de sus tres hijas --Camila, de 12 años; Miranda, de 8; y Natalia, de 6--, Julio cayó de rodillas al pie de su cama. Recuerda que entonces ya no podía más con sus dudas existenciales, con el miedo a fracasar en su matrimonio, con el dolor de la separación de sus padres, con la soledad que sentía al mirar sus trofeos. Quería encontrar un sentido a su vida.

No había pasado mucho tiempo desde que un ex compañero de colegio le había hablado de cómo Jesús arregló su vida, y Julio recordó que dos de sus hermanos también habían encontrado paz, equilibrio y prosperidad con Él. Así que esa noche, de rodillas, cuando le dijo a Dios que quería conocerlo, sintió un cambio en su corazón, como él mismo describe. "Con su ayuda ya tenía motivaciones para mi vida", recuerda el ex campeón de la triple corona estadounidense.

Entonces empezó a asistir a la Iglesia Cristiana y Misionera de Lince y poco tiempo después se pasó a la Iglesia Bautista Vida Nueva con sede en Rinconada del Lago, La Molina, siempre en Lima. Pero, aunque tenía expectativa por seguir a Cristo, Julio, ya casado por la Iglesia Católica, continuó con su ritmo de vida.

Siguió compitiendo y administrando su negocio de distribución de motocicletas de una marca internacional. Sin embargo, mantenía, pese a todo, ciertas dudas. Y fue en el 2001 que todo, confiesa, se aclaró.

Ese año se accidentó compitiendo y acabó con fractura expuesta de tibia y peroné en la pierna derecha y estuvo de para durante nueve meses. ¿Qué quieres de mí? Eso, asegura, le preguntó a Dios el día del accidente. Ocho semanas después lo estafaron con un cheque y perdió 25 mil dólares en mercadería.

"Con todo eso sentí que Dios me había quitado las dos muletas que sostenían mi vida: el deporte y el negocio. Como si Él hubiera limpiado el camino para que yo me dedique a Sus cosas. Dejé todo a su voluntad", rememora Julio.

Se convirtió en pastor de jóvenes en la iglesia de La Molina, estudió en el seminario de dicha denominación y puso una pequeña tienda de mototaxis para los conos. Pero Julio no estaba conforme.

"Cuál es el sentido de la vida, me preguntaba. ¿Será solo pasar buenos ratos, trabajar, formar un hogar, todo hasta que el inevitable momento de que la muerte llegue?". El hombre de las motos quería algo más para su vida.

Entonces decidió con su esposa salir de Lima y buscar otros aires. En Pucallpa tenía muchos amigos vinculados a las motos, varios de ellos eran estadounidenses misioneros de SAM, y el mercado se presentaba atractivo. Así que escogieron Pucallpa.

"Recibe a Jesucristo y harás el salto más grande tu vida"

Eso dice un volante que Julio reparte cada vez que se presenta con Motociclistas X Cristo, un grupo que él forjó en octubre del 2005 y que integra junto con pilotos misioneros estadounidenses y todo aquel que quiera hacer motocross enarbolando la bandera de Jesús.

En las plazas de Pucallpa, el grupo suele hacer exhibiciones en las que Julio salta por encima de algunos motocarros estacionados. Cientos de personas se congregan para ver esas acciones espectaculares y el ex piloto de Honda y Petro-Perú aprovecha para predicar.

Lo mismo sucede cada vez que hay una competencia regional. Julio ora en la reunión de pilotos y con el público. De vez en cuando participa, como hace menos de un mes cuando le ganó al actual campeón nacional Alejandro Bulos.

Pero Motociclistas X Cristo es solo una de las cosas que Julio ha impulsado desde que tomó la decisión de vivir en Pucallpa.

"En enero del 2003 llegué a Pucallpa en mi 4x4 con mi esposa, mis tres hijas, tres motos, mi perro y las maletas. La meta era poner una tienda de motos, pero más nos jaló la fe. Comenzamos a reunirnos con parejas y mi esposa y yo les hablábamos de la palabra. Me conecté con la misión SAM y en el 2004 nos fuimos a Estados Unidos para estrechar más los lazos con la misión", recuerda Julio.

"Y por fin entendí del todo los planes de Dios para mí. Me hice misionero y cuando volví a Pucallpa, en marzo del 2005, formé el Encuentro Cristiano Mil Palmeras, que cada vez congrega a más gente y al que me dedico a tiempo completo. La misión nos manda partidas económicas para seguir la obra y mi familia está feliz. Soy un hombre disponible para Dios", afirma el ex campeón.

En el culto, los fieles le entienden qué es dedicar tiempo a Dios y Julio los despide con más calor del que nace de los 38°C de temperatura del mediodía.

"Vuelvan a Encuentro Cristiano Mil Palmeras, donde cada domingo es especial"

SEPA MÁS

Nombre: Julio Chiang Nicolini
Nacimiento: Lima, 14 de febrero de 1974
Lauros deportivos:
- Diez veces campeón nacional de motocross.
- Campeón continental de Motocross en Venezuela en 1986 con 14 años.
- Bicampeón centroamericano en 1987 y 1988 en Panamá y en Costa Rica.
- Bicampeón latinoamericano de 250 c.c. en 1993 y 1994, las dos veces en Lima.
- Ganó la triple corona de Estados Unidos en 1990.
Estudios:
- Administración de Negocios Internacionales en ÁDEX.
- Actualmente estudia a distancia para bachiller en Teología por el Bethany College de Alabama, Estados Unidos.